Hay veces que llega el viernes, y lo único en que pienso es en descansar. Este viernes, ese no era el caso.
Viernes 11 Diciembre 2009.
Te parece bien a las 6.30 en Portales?
Si está bien, ahí nos vemos.
Queríamos ir a otro lugar que no fuera la misma cantina de siempre, donde conocemos la rutina, y muchas caras conocidas, esta vez vamos a intentarle por otro lado, vamos a ver que sale.
La verdad no fue tan diferente, parecería que seria una noche donde terminaríamos tomando la bebida de siempre, sentados, escuchando The Mars Volta y fumando como veinte cigarros.
Después de varias cervezas, le digo a Isai “deja hago una llamada, igual podemos hacer otra cosa”.
Ya esta papá!!!, vámonos a la fiesta.
Para la fecha que es, es extraño una fiesta de disfraces. A lo lejos se veía Harry Potter y su cicatriz , Alicia que había salido del país de las maravillas para asistir a la fiesta y una conejita que coqueteaba a cada segundo. Aladino y su lámpara maravillosa eran los anfitriones.
Hacia un rato que no salía con mi amigo, así que la noche pintaba para ponernos al corriente con nuestras vidas y echar el desmadre que siempre echamos, ya te extrañaba, y me preocupa que poco a poco nos frecuentemos un poquito menos.
La noche viene bien, rolas, bailes “una noche de excesos” (que aunque así no fue, lo parecería).
En medio de todo el ambiente, llego un momento de espasmo, en donde por un segundo todo y todos se paralizaron, durante ese segundo pensaba lo siguiente:
GLC :
Te conozco de toda la vida (recuerdo que cuando éramos niños no nos llevábamos bien), más bien no te conozco, no te conocía, y es muy raro que desde que te fuiste nos llevamos mejor, hablamos más, te cuento lo que me pasa y tú me cuentas tus cosas y eso me agrada.
Con la confianza que habíamos adquirido yo quería saber si mis sospechas eran ciertas, pero no sabía como acercarme, me asustaba un poco la reacción que pudieras tener…
Fue más fácil de lo que pensé, y me siento bien, me siento muy bien. Me doy cuenta que el amor, el respeto y la admiración que siento por ti, es más grande de lo que yo imaginaba.
La fiesta sigue y la noche se esta haciendo día, los invitados poco a poco desaparecen, creo que estoy en un estado de inconsciencia que nunca había alcanzado.
Las risas, las palabras los “flashazos”, los ojos rojos y bien chiquititos, la mesa rota, el florero echo mil pedazos, la bolsa inmensa de chicharrones, las canciones lentas, la falta de cigarros…
Son las 8 de la mañana el Sol pega en mi cara, creo que voy a morir.
Se que va llegar, entonces voy a estar bien, mientras tanto espero, entonces río y ahora pienso, que es lo que tiene que venir.
El saber que faltan unas horas para verte me devuelve a la vida.
Se que durará.