lunes, 31 de mayo de 2010

Tren


Te veo por las mañanas caminando, te vez fresco, pero pasan diez minutos y estas muerto.

El chocolate con coco ya es clásico, el pequeño viaje de sardina, ya es costumbre.
Los días de sol se están haciendo largos, más largos que los comunes, que los días de antes, a pesar de que estás repleto de trabajo.

La mentira en los ojos, ya es más fácil de detectar…
Estás aferrado, no te puedes salir, sabes que eres tú, no entiendo porque no lo quieres reconocer. Sabes que así no es.

Hey! Hey! Hey!...
No recuerdo nada...
Hey! Hey! Hey! Suena mil veces en mi cabeza.

Se te pega la espalda, prendes uno, otro, otro…
te asomas por la ventana, intentas dormir y nada…
crecen tus sueños, crecen tus sueños…

El cielo es pesado, el aire caliente y un minuto son como diez años.

Que se valla el Sol, que se valla el día, ya vete! Por favor ya vete!!!



Luis Valente.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Cuatro


Son como las 3 de la tarde y el calor esta insoportable…

Aunque estoy lejos, la ciudad me recuerda mi hogar, o más bien al DF. No entiendo porque, no tiene nada que ver, nada en común, y tampoco es para que extrañe mi cama, son pocas semanas las que e estado fuera, pero me recuerdan a la capital del país.

Las calles son, bonitas, nada fuera de lo común, pero muy agradables, muchos árboles, el pavimento, el cielo azul, azul, ni una sola nube se alcanza a ver.

No puedo decir lo mismo de la gente a pesar de que el contexto es agradable, la gente hace que ese paisaje se caiga.

Cada paso que doy me pesa, me pesa mucho, creo que nunca voy a llegar, siento algo muy pesado sobre mi espalda, no se si sea un presentimiento.

Por fin llego al hotel que mi amiga me recomendó, sinceramente la fachada no me gusta, nunca me fijo en esos detalles, pero esta vez, no se porque lo hice, a pesar de que me recomendaron el lugar, preferí llegar a otro lado. Me instale sin problemas, deje mi equipaje y salí.


Creo conocer a mucha gente, o tal vez haberla visto en algún momento de mi vida.


Me encuentro a Lucio, un saludo eufórico, nos encuentra.
Me cuenta del viaje a Islandia, me presume de la comida que aprendió a hacer, me pregunta sobre los detalles de mi casa, como llegar, los puntos de referencia, etc. Creo que esta mas emocionado que yo...

Sigo en mi recorrido, y se sigue respirando ese ambiente pesado, siento que todos me observan, trato de no hacer caso, lo que esta pasando por mi mente ahora, me distrae, me remite a otros puntos de mi vida y me cuestiona, preguntas que creí haber respondido, salen de nuevo, pero ahora las respuestas se están terminando

A lo lejos se escucha agua caer, un borbotón que me tranquiliza y que llama mi atención. Me paso mirando como juega el agua con el aire, las formas que el agua genera, la facilidad para cambiar en segundos, nunca se termina, es siempre fresca, y eterna.

El calor me esta agotando, hoy mas que nunca necesito una cerveza (olvídalo no puedes tomar) alguien me recuerda.

Encuentro una tienda, de aspecto agradable, pido un agua, y pago, en lo que espero mi cambio doy un gran sorbo, casi me termino la mitad…

“no te voy a regresar cambio” el señor con la mirada en el piso me hace esa advertencia, No hice caso.






Regrese corriendo, en ese momento era inconsciente de mis actos, no supe que paso, no recuerdo como lo hice. Solo recuerdo que estaba encima de tal persona, apretando su cuello con todas mis fuerzas, todas las personas a mi alrededor me miraban, pero no hacían nada por quitarme de ahí, creo que se desmayo.

Siento como vibra mi celular, me esta molestando, deja de vibrar, deja de moverte!!!!







Tuve un fin de semana, bueno, porque tuvo que terminar así…

Te Odio Cabrón!!!