viernes, 12 de marzo de 2010

No va venir.

Abro los ojos, y lo primero que miro son a las personas de ese sueño de la noche que acaba de terminar.
Me siento cansado, mi humor no es tan bueno y hasta cierto punto estoy molesto conmigo.
Al parecer pinta para ser un viernes como cualquier otro, ¡el ansiado fin de semana! que ahora es más especial, pues es fin de semana “largo”.
El aseo común, el diseño de mi vestimenta, el café con leche rápido de la mañana y el siempre bien recibido beso de despedida de mamá me dan el aliento para el camino.

Hoy no marque tanta atención en el día, en el cielo, las nubes, las personas…, el ipod fue un pasajero mas al igual que mi revista, no hubo charla, no hubo chistes… mi mente me arrastro por un mar de pensamientos, que me llevaban y me traían. El camino ahora se me hizo mucho más rápido de lo común, y llegue empapado, por ese mar.

No es la primera y seguro no va ser la última vez que sucede, aquí estoy contento, pero no es lo que busco, no es lo que quiero. Mi estancia fue corta, y aunque mi característico trabajo para entablar cualquier relación con las personas, no me ayudo, (como siempre) al final creo que ya estaba “agarrando buena onda”, me llevo una buena impresión, y a varias buenas amistades, aunque una espina clavada, se quedara por un largo, largo tiempo…

Había comentado unos meses atrás que las ganas por hacer, por estar, por llegar, por llevar, se estaban terminando, este no es el caso, mis ganas siguen intactas, es más están renovadas y concentradas, preparándose para dar más del cien por ciento.




Creo que la voz se me quiebra, mis ojos parecen traicionarme, no voy de frente y evito mirar al hablar.



---Luis Valente---