El reloj marca las 22:36, apenas vi tu mensaje de texto.
Hace unos años atrás viví una de las experiencias mas lindas de mi vida, pero también una de las experiencias que me a dejado marcado hasta el día de hoy, para nada es una queja, tampoco un lamento.
A raíz de eso trate de construir algo, pero ahora es diferente:
Con mucho miedo llegue a la terminal de camiones (para serte sincero no quería llegar pronto, estaba muy nervioso), estando ahí te mande un mensaje a tu móvil, trataba de juguetear: “que crees cancelaron mi salida, no se que voy hacer", tu enojada por el mensaje contestaste con un reclamo, pero sabias que trataba de molestar.
Ya durante el viaje recordaba el como había sucedido todo, yo tenía frío y sueño, pero me aferraba a poner en mi mente cada uno de los detalles de tu persona, de tus formas, de tu sonrisa...
Solo dormitaba, viajaba a un lugar desconocido sin conocer a nadie, ni siquiera a ti, tenía miedo, ansia, frío y hambre. A la mitad de la noche hicimos una escala, baje rápidamente del camión, pedí un americano, lo prepare y me fui a las escaleras a tomar el café y a fumar; no se bien que es lo que pasaba por mi, un extraño sentimiento de vacío. (suspiro).
De nuevo tomamos camino, decidí pegarme a la ventana, ver la obscuridad y seguir viajando en un camión donde solo íbamos cinco personas... Pude dormir, pero uno de los primeros rayos de Sol me despertó, ya casi era la hora de la llegada.
El camión se estaciona bajan las cuatro personas y al final yo, recojo el equipaje y decido esperarte a la mitad de la sala de espera, para confundirme entre la gente.
Recuerdo perfectamente esa primera vez que te vi, es una imagen que tengo muy grabada. Tú no me ves y yo me acerco...
Estando los dos frente a frente nos quedamos en “shock”, no supimos que hacer y creo que ese primer encuentro no fue lo que los dos esperábamos.
Después de ese fin de semana decidí uír, porque? Por miedo. Arrepentido? Si
Ahora regreso y soy egoísta, para mi nunca te fuiste porque estabas en mi mente, pero te hice daño y mucho mal y eso es algo que voy a cargar siempre y jamás me perdonare. Tú? Tú estás como siempre. Varios años después nos volvemos a ver, tomo tu mano para salir entre la multitud y poder respirar, subes al coche y abres la puerta para que yo pueda entrar... Estamos en la fila donde tomaras tu avión y no tengo el valor para abrazarte y no dejarte ir.
Perdón por mi inconsciencia, por mis miedos, pero ahora estoy aquí y espero no llegar tarde, pero si así fuera te esperare, esperare...
Valente. (2:39)
martes, 22 de noviembre de 2011
lunes, 14 de noviembre de 2011
11.11.11 Camino
Cierro los ojos, pasa un segundo y estoy a la mitad del pasillo, todo es muy diferente, la luz en el interior es muy confortable...
Ahora estoy en un "lapsus", donde con mi vista trato de recorrer todo el lugar, todo es nuevo para mi, el espacio, los muebles, mi lugar...
Traigo un pantalón azul de mezclilla, entallado como casi todos, mi camisa y un chaleco, no puedo decir la hora exacta que es, pero por la luz que entra a la oficina se que es la mañana. Llega alguien y me saca de ese "lapsus" me comienza a bombardear con preguntas, no lo conozco! también es un desconocido!!, no se como es que le puedo responder, en mi mente tengo todo grabado y es como si yo llevara la secuencia, tengo respuestas para todo! sigue preguntando.
El día transcurre muy agitado, termino de ver un tema, y tengo otro esperando. Aún no me tomo mi chocolate, ya lo necesito, necesito fuerzas.
Por alguna razón, la cual también desconozco estoy emocionado, ansioso, feliz muy feliz! me gana la curiosidad, no se que es, pero me dan las fuerza para seguir, algo en mi interior dice que esta por pasar algo muy bueno, no lo sé...
Me estoy mirando a lo lejos, estoy observando cada uno de mis pasos, mientras tanto el que esta siendo observado lo nota, pero no sabe quien lo mira de esa forma.
Así transcurre el tiempo, voy a todos lados, entro y salgo de la oficina, estoy con personas diferentes cada cuarenta minutos, de verdad que el día es pesado, se esta portando duro, lo esta haciendo...
De repente, así como llegué al pasillo, así como había mucha gente, todo vuelve a la calma, miro el reloj y es la hora de comer, automáticamente tomo el paso, como si lo conociera, todo muy familiar.
Estoy llegando al vestíbulo, hay una sala de espera.
Te miro a lo lejos y ahora entiendo el porque de mi felicidad, me acerco despacio hacia ti, en cada paso que doy recuerdo tu historia, recuerdo la mía, tus ojos, tu sonrisa, tu olor, tu humor, tu piel, tus pies.
Tienes la mirada baja (nunca te lo había dicho, me gusta verte desde ese ángulo, recuerdo las tecates en el centro, recuerdo que te mire igual y fue algo hermoso), estas como desesperada...
No te das cuenta de mi presencia, hasta que miras mis zapatos, tu estas sentada y yo me arrodillo y te busco, tu sonrisa es fantástica, no dices nada, solo me abrazas y me das un beso, tomas mi mano y la llevas a tu vientre...
Son las ocho de la mañana, es sábado, las persianas tratan de detener el paso del Sol.
Me levanto y pegan en mi cara, en mi mente estás tú ahora y esa sensación de felicidad que me diste por un instante, no te vayas por favor, quiero despertarme así todos los días.
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